Por debajo de 14ºC, el inicio de la fermentación maloláctica es práctimamente imposible.
Las levaduras no se desarrollan si el vino no alcanza al menos una temperatura constante de 20ºC.
Las resistencias eléctricas con cubierta de silicona alimentaria se utilizan para calentar el vino contenido en tanques.
Las resistencias de silicona, al tener una temperatura superficial muy baja, actúan sin caramelizar el vino.
El calentamiento del vino se produce muy lentamente y el proceso se puede controlar mediante termostato.
Existen equipos de tan solo 250W para pequeños productores y de hasta 3000W para tanques de 30.000 litros.
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