Las resistencias montadas en placa cerámica poseen una ranura en la cual se aloja el hilo calefactor bobinado.
Su uso más común está ligado con la fabricación de hornos industriales y muflas de laboratorio para temperaturas de trabajo de hasta 1200ºC.
Se distribuyen en las paredes interiores del horno y los terminales de la resistencia traspasan el aislamiento térmico externo del horno.